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¿POR QUÉ A LOS ARTISTAS PROFESIONALES NO LES GUSTAN LOS AFICIONADOS?

  • Foto del escritor: Antonio Amilivia
    Antonio Amilivia
  • 17 mar 2023
  • 4 Min. de lectura


Hablemos de la relación entre profesionales y aficionados para sacar conclusiones importantes. Y tal vez te saque también del corazón una espinita clavada.


Dios te libre de mostrar tus dibujos a un artista profesional en busca de aprobación o crítica, a menos que seas su amigo, pariente o alumno.


Solo con estas personas un profesional puede tener algún tipo de tolerancia y ahorrarse sus sentimientos a la hora de criticar su trabajo. En la mayoría de los demás casos, no esperes piedad alguna.


Si antes eras inseguro, ahora, con la palabras del profesional, corres el riesgo de albergar para siempre dudas sobre tus propias capacidades.


Y si crees que nunca has pedido una crítica a un profesional, te equivocas. Tu "crítico interior" es la misma voz del hipotético artista que supuestamente sabe exactamente lo que es bueno y lo que es malo en el arte.


¿Por qué sucede esto?


Primera reflexión.


Como podrás imaginar, un artista profesional ha estudiado su oficio durante muchos años. Es muy posible que esta formación le haya privado de su infancia. Mientras tú jugabas al pilla-pilla con tus amigos en el patio, él acudía a la escuela de arte a dibujar cientos de bodegones didácticos, daba de comer a los mosquitos al aire libre, pintaba escenas odiosas con feos modelos, escuchaba los reproches y los comentarios de los profesores, etc.


Los fundamentos del dibujo, la pintura y la composición le fueron inculcados durante años. Se pasó media vida estudiando. ¿Y tú? ¿Quieres convertirte en artista en un par de años o incluso meses? Quizá mediante un curso por correspondencia.


"¡IMPOSIBLE! ¡Qué blasfemia!"


Pero, el profesional prefiere olvidar que durante su formación rara vez veía a su profesor, que este apenas mostraba ni explicaba nada y que más bien se limitaba a poner notas y calificaciones. El artista profesional no tiene en cuenta que su formación es en gran medida el resultado de su práctica, y que empezó a obtener este resultado en los primeros meses, y luego todo fue en círculo.


¿Por qué un aficionado no podría acortar este camino, con un deseo consciente, buenos métodos de enseñanza y una adecuada elección de artistas que impartan clases magistrales?


Conozco a aficionados que aventajarían en conocimientos, habilidades y talento a antiguos estudiantes de arte.


Un aficionado que no se disperse en todas direcciones (como es costumbre en las instituciones educativas), sino que avance con confianza en una sola dirección, puede llegar muy rápidamente a las alturas.


Pero esa voz interior que dice "¡yo llevo muchos años en esto!" nunca permitirá al profesional aceptar este hecho.


Segunda reflexión.


¿Quién dice que solo se pueden dibujar, escribir o esculpir obras maestras? ¿Y qué si no lo son? ¿Por qué la creatividad solo se mide por los resultados? ¿Y por qué ese resultado tiene que ser un dibujo "digno" (¿de qué?)?


Todo es "amateurismo", "pintura de salón" y demás epítetos peyorativos.


Lo sé, la vida es muy difícil para un profesional. Difícilmente acepta que pintar pueda ser un hobby, una fuente de placer y alegría, algo fácil.


Para él, el arte es un TRABAJO. Es una fuente de dinero. Suele decir "debo" en lugar de "quiero".


Se le educó y formó de esta manera. La crítica lo vapuleó; cuando llevó sus cuadros a un profesor, sus ideas fueron ridiculizadas. Pasó su vida buscando su estilo y su lugar en el arte, se debatía entre el 'querer' y el 'exigir', tuvo que lidiar con la falta de reconocimiento, las galerías, los sindicatos, la falta de dinero, en fin.


¡Y aquí estáis vosotros! ¡Aficionados! Tan entusiastas, vendiendo vuestros cuadritos, nada más empezar a pintar. Dónde está la justicia en eso, ¿eh?


¿Qué clase de reacción ante tu arte esperas de un artista convencido de que el éxito en la pintura hay que ganárselo?


Tercera reflexión.


La mayoría de los profesionales están preparados para hacer su propio trabajo, no para percibir el trabajo de los demás. (Es decir, en las salas de conciertos no hay músicos entre el público, y si acuden, es solo para criticar a otros intérpretes).


A menudo, el artista mira los cuadros de los demás no por placer visual, sino para buscar en ellos algo de lo que los suyos carecen, algo que le ayude a llegar más lejos y más alto en su propia obra. Busca inspiración, ideas, técnicas.


El artista busca la maestría que aún no ha alcanzado. Se compara constantemente con el trabajo de los demás, preguntándose "¿puedo hacer esto? Si la respuesta es "sí", entonces el cuadro no le interesa.


Conclusiones


1. "No le des miel al asno".


Es decir, no muestres tu obra a gente que no está interesada en ella. Guarda tu ego. Tanto el vecino amable, alejado del arte, como el artista, que aprecia demasiado el arte, serán igualmente indiferentes a tu obra. La indiferencia duele más que la crítica.


2. No pidas a los profesionales que critiquen tu trabajo.


No se lo pidas a nadie. Y si lo haces, formula lo que a ti mismo no te gusta. No pidas críticas en general, sino consejos sobre cómo conseguir esto o aquello en tu trabajo. Esto será constructivo y concreto.


El viejo lema de "las críticas son bienvenidas" es como la súplica de un masoquista: "pégame, por favor". Si hay gente adecuada alrededor, te alabarán o se callarán. Pero si no...


3. Construye tu armadura.


La creatividad es un campo muy delicado, en el que somos especialmente vulnerables, porque en él se expone nuestra alma. Así que prepárate para recibir golpes del exterior. A menudo la gente no lo hace por rencor, simplemente no se da cuenta de lo vulnerable que eres en la creatividad.


4. Equipara la crítica interna con la crítica externa y compórtate según los puntos 1,2,3.


Entiendo que a muchos mi artículo les pueda parecer duro y digan "¡todo esto no es verdad, no todos los artistas son así!". Creedme. Lo son.


El propósito de lo que escribí no es denunciar y estigmatizar a los profesionales, sino quizás, abrir los ojos a los aficionados, que de vez en cuando se topan con el desprecio y la crítica de los profesionales y "bajan las alas".


Mi consejo es el siguiente: ¡No escuches a nadie! Haz callar a tu crítico interior y sigue el camino de la alegría y el amor por lo que haces. Amateur viene de la palabra "amor". Y el amor hace maravillas.

 
 
 

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