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EL DESARROLLO DE LA OBSERVACIÓN COMO BASE DEL DIBUJO

  • Foto del escritor: Antonio Amilivia
    Antonio Amilivia
  • 20 ene 2023
  • 4 Min. de lectura


No es raro encontrar entre quienes empiezan a dibujar, una categoría de personas que creen que todo el secreto del éxito depende de una fórmula sencilla, de una receta. Y que si te familiarizas con esta receta, podrás dominar el dibujo con bastante rapidez. Sin embargo, dibujar requiere una gran concentración y atención, así como un gran amor por el arte.


Por supuesto, hay técnicas correctas e incorrectas, pero, lo que importa es la orientación general de la persona, su interés por el tema que va a representar.


Por lo tanto, cuanto más a menudo entrene el ojo y la mano una persona que dibuja, más positivos serán los resultados. Es mejor dibujar durante 15-20 minutos al día que una vez cada seis días durante dos horas. En el primer caso, el ejercicio diario, aunque breve, agudiza el ojo del dibujante, fija y comprueba las formas a dibujar. En el segundo caso, aunque el trabajo es de naturaleza extensa, se realiza a largos intervalos, y esto lleva a que el dibujante, por así decirlo, comience de nuevo desde el principio su dibujo.


Por ello, es muy importante para ejercitar la mano y el ojo disponer de un álbum o cuaderno de bocetos.


Sobre todo recomiendo dibujar personas: es uno de los temas más difíciles para el dibujante. Hay que aprender las proporciones del cuerpo humano, la naturaleza de la persona, el movimiento, etc.


Para dominar hasta cierto punto el dibujo, además de los ejercicios diarios, debes acostumbrarte a observar una variedad de personas en el proceso de trabajo, debes acostumbrar a tu ojo a dibujar estas formas mentalmente. Al principio será difícil, pero poco a poco el hábito de observar se hará más fuerte.


¿Cómo hacer esta observación? Mediante una regla básica del dibujo: de la forma general a sus partes o detalles. Es importante poder ver el conjunto. Los detalles se irán conociendo poco a poco en el proceso posterior del trabajo.


Pero limitarse a dibujar del natural no puede dar los resultados positivos que suelen obtenerse con el método combinado de trabajo. Además de dibujar del natural, hay que cultivar la capacidad de dibujar cualquier forma de memoria.


Para desarrollar la memoria visual es muy útil el siguiente método: toma un objeto sencillo, ponlo delante de ti y examínalo durante 2-3 minutos, recordando su forma, proporciones y naturaleza general. A continuación, retira el objeto y dibújalo de memoria. Cuando notes que la idea de la forma no está clara, vuelve a mirarlo y prosigue el dibujo. De este modo acostumbrarás al ojo y a la mano a percibir y transmitir todas las formas con mucha más facilidad y rapidez.


Quien no está acostumbrado a observar y estudiar la forma suele ser incapaz de reproducir esa forma incluso esquemáticamente.


A un hombre se le pidió que dibujara un tenedor que había sostenido en sus manos varias veces al día durante más de una docena de años. En el dibujo aparecía un tenedor de tres dientes, aunque en realidad tenía cuatro. El autor incluso se sorprendió de cómo había podido cometer semejante error. Hay muchos ejemplos de este tipo.


En esos dibujos, resultaba que los autores pasaban por alto el aspecto constructivo del objeto, las proporciones de sus partes y su finalidad.


Así pues, además de percibir la forma externa general del objeto, al dibujante le ayuda mucho conocer el aspecto constructivo del objeto. Por eso los artistas empezaron a estudiar la anatomía del cuerpo humano: huesos, músculos, tendones, su estructura y su función.


Naturaleza muerta


Dibujar un bodegón es una práctica fundamental. Dos o tres objetos, sencillos y claros en forma y color, dispuestos en cierta subordinación entre sí y con respecto al fondo, pueden servir bien para entrenar la observación.


Lo más fácil es empezar los primeros ejercicios con un objeto aislado: una jarra es un buen modelo para dibujar.


Cuando se trabaja a partir del natural, se tienen en cuenta los siguientes aspectos: el eje de simetría, si un objeto determinado lo tiene; su centro de gravedad; las proporciones -la relación entre una parte y otra de un objeto- y también sus rasgos característicos.


Es necesario desarrollar la capacidad de analizar cualquier forma compleja. Al empezar a dibujar un bodegón compuesto por varios objetos, es importante reducir la variedad de formas a lo esencial, evitando por el momento los detalles.


La iluminación es muy importante para los bodegones y, en general, para cualquier tipo de naturaleza. Un bodegón puede plantearse de tal manera que cada forma del objeto se capte con certeza y claridad. La naturaleza muerta también puede situarse de otra manera, en la que la forma del objeto se vuelve vaga y difícil de percibir.


En ese caso, uno no debe guiarse por la impresión de que el bodegón está mal iluminado, sino por la forma concreta de cada objeto, su construcción y su color.


El trabajo sobre naturalezas muertas deberá realizarse en paralelo con bocetos de naturaleza viva; estos ejercicios no solo ayudarán a ampliar las impresiones visuales, sino que también desarrollarán y fortalecerán la mano del principiante.


Prueba de dibujo


No recomiendo, en principio, el método de observación que se utiliza a menudo en las escuelas, es decir, medir con un lápiz en la mano extendida y luego transferir estas medidas al dibujo. Este método de trabajo conduce a una transferencia mecánica de la naturaleza, no a su percepción holística.


También hay una forma de controlar la corrección del dibujo. Coge un espejo y, tras poner el dibujo paralelo a su plano, mira tu obra. El espejo produce una imagen inversa, y los errores más pequeños en el dibujo se notarán bien en el espejo.


Pero el mejor y más positivo control para un dibujante principiante será un profesor-artista experimentado. Este último puede dar instrucciones específicas que ni el más completo de los manuales impresos podría nunca prever.

 
 
 

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