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CÓMO DIBUJAR CON TU HIJO

  • Foto del escritor: Antonio Amilivia
    Antonio Amilivia
  • 3 nov 2022
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 4 nov 2022



La tarea principal de un padre o una madre cuando enseña a dibujar a su hijo es inculcar el interés por la creatividad. Y si el niño se niega a dibujar, lo más probable es que esto no se deba a la falta de habilidades creativas, sino al resultado de errores en la educación. Para evitar estos errores típicos y desarrollar la creatividad de tu hijo, aquí van algunos consejos:


1. No interfieras en el desarrollo


El dibujo infantil debe pasar necesariamente por una serie de etapas; empezando con monótonos trazos verticales u horizontales, el niño aprenderá poco a poco a hacer tramos de diferentes longitudes y, golpeando el papel, a poner puntos. Con el tiempo, aparecen líneas redondeadas y zigzags. Y después de los guiones simples, el niño intentará sombrear.


A menudo, por desgracia, los padres están ansiosos por ayudar a su hijo a pasar a la siguiente etapa de desarrollo del dibujo lo antes posible, ya que no pueden esperar a ver imágenes significativas. No hay necesidad de apresurarse. Cuanto más natural sea la evolución del dibujo, mejor para el desarrollo intelectual del niño.


Por ejemplo, un niño dibuja apasionadamente monótonos trazos verticales. Mamá "acude al rescate" y representa unos globos. Se obtiene una imagen "real". Ahora el niño se mancha las manos con pintura y pega una mano en la hoja. Papá le pide que dibuje los ojos y las patas en los lugares adecuados para crear un erizo. De este modo, los padres evitan que el niño se dé cuenta de que cada trazo esconde un significado. Y cuantas más conexiones asociativas surjan en el cerebro, mayor será el nivel de inteligencia.


2. Utiliza las herramientas adecuadas


Hay una serie de cosas en las que hay que fijarse a la hora de elegir las herramientas y los soportes de pintura para los niños. Si tu hijo es pequeño y se lleva todo a la boca, consigue materiales comestibles y no tóxicos. Cuanto más pequeño sea el niño, más grandes deben ser los utensilios de dibujo. Elige también colores vivos para mantener el interés de tu hijo.

  • Productos alimenticios. Las pinturas más seguras para los bebés son las comestibles hechas a mano. Si hierves un poco de gelatina con almidón y agua y le agregas colorante para alimentos, obtendrás una excelente pintura espesa. Además, como pinturas, puedes usar jugos y purés de frutas y verduras, trozos de verduras (por ejemplo, remolacha) y bayas.

  • Pinturas industriales. Hay pinturas de dedos especiales para bebés. Para experimentar y mezclar colores, la témpera es lo mejor. Las acuarelas, en cambio, se recomiendan para niños mayores en edad preescolar y escolar.

  • Pinceles. Para los niños en edad preescolar, es mejor comprar pinceles grandes que dejen marcas anchas y brillantes en el papel. Los rodillos de construcción, las esponjas de lavavajillas, las brochas, los trapos, etc. también pueden utilizarse como herramientas de pintura.

  • Pasteles blandos al óleo. Este tipo de crayón de cera es muy adecuado para dibujar con los niños pequeños porque deja trazos brillantes en el papel y, al mismo tiempo, no mancha todo lo que hay alrededor, por lo que el pastel al óleo puede mantenerse al descubierto.

  • Pasteles secos blandos. Tienen una consistencia similar a la de la tiza. Si dibujas con pastel seco en un papel brillante y contrastado, obtendrás dibujos muy interesantes. Una desventaja de este instrumento de dibujo es que el pastel seco se rompe y desmenuza con facilidad, por lo que requiere un manejo cuidadoso.

  • Crayones de cera. Muchos expertos aconsejan empezar a dibujar con lápices de cera; sin embargo, en comparación con los pasteles al óleo, no son tan suaves y brillantes.

  • Lápices. A partir de 1,5 años, puedes empezar a introducir a tu hijo en los lápices. Lo mejor es elegir lápices gruesos y suaves.

  • Rotuladores. La mayoría de los expertos señalan las desventajas de los rotuladores, como la imposibilidad de mezclar colores y ajustar la presión. Sin embargo, los rotuladores tienen una gran ventaja: dejan marcas muy brillantes en el papel, y esto crea un verdadero interés en los niños. Es importante tener en cuenta que hay rotuladores con base de agua, que se pueden lavar fácilmente de casi cualquier superficie.

  • Papel. Para que el niño maximice sus habilidades creativas, nada debe obstaculizarlo. Esto se aplica tanto a factores psicológicos como físicos. El tamaño del papel en el que el niño dibuja no debe ser inferior a A4. Lo mejor es dibujar en rollo de papel o papel Whatman. Muchos expertos no recomiendan usar mesas y caballetes para niños para dibujar, y opinan que lo más conveniente para el niño es dibujar en el suelo.

3. Juega con tu hijo mientras dibuja


Dibujar con un niño es muy sencillo: hay que seguirle la corriente. Podemos hacerle sugerencias, pero la última palabra la debe tener él/ella. Lo más efectivo es recurrir al juego. A continuación tienes varias propuestas:


  • Dibujar estados de ánimo


Nuestro rostro cambia mucho según nuestro estado de ánimo. Pregúntale a tu hijo si puede saber cuándo la cara de alguien está feliz o triste, aunque no diga una palabra. Habla sobre cómo dibujar a la misma persona en diferentes estados de ánimo. Pídele que elija un personaje -él mismo o un miembro de la familia- y que intente dibujarlo cuando esté triste, feliz, aburrido, enfadado, riendo. ¿Qué otras emociones se pueden representar? ¿Con qué cambios en los rasgos y expresiones faciales?


  • Dibujar sentimientos


Después de dibujar a una persona en diferentes estados emocionales, intenta hacer un ejercicio más abstracto y de fantasía con tu hijo: dibujar los estados de ánimo en sí mismos en lugar de las expresiones faciales. ¿Cómo hacerlo? Empieza por preguntarle qué colores utilizar para representar la alegría. ¿Qué tal el aburrimiento o la ira? ¿De qué color es la curiosidad? Ten en cuenta que cada sentimiento tiene un color diferente, y que cada persona percibe los colores de forma distinta. Encarga a tu hijo la tarea de dibujar sentimientos utilizando solo colores y texturas, como grandes manchas de color en una hoja de papel, sin figuras ni caras. Pregunta qué emociones son fáciles de dibujar y cuáles son difíciles.


  • Dibujar una relación humana


Dibuja cualquier relación: amistad, amor, respeto, etc., podéis hacerlo en forma de alegorías.


  • El lugar ideal


Invita a tu hijo a fantasear y a dibujar un lugar imaginario o real en el que sería agradable estar, vivir, descansar: un lugar "para uno mismo".


  • Dibujar del natural


Los niños en edad preescolar suelen dibujar de memoria, pero con ellos y con los niños mayores es útil dibujar del natural. Un niño mira con pasión todo lo que le rodea. Los adultos pueden unirse y hacerlo con ellos. Observa las hormigas, mira los guijarros en el lecho de un arroyo, una gota de rocío en la hierba. Invita a tu hijo a dibujar lo que ve o sus impresiones sobre lo que ve. Incluso los niños que aún no dibujan ciertas imágenes pueden crear obras impactantes bajo la influencia de fuertes impresiones. Especialmente si han interactuado con el sujeto.


  • Dibujar en perspectiva


Mirad la taza de café desde arriba. Y ahora, de lado, de perfil, desde abajo. Intenta observar junto a tu hijo diferentes objetos que encuentres en casa y dibujadlos en perspectiva.

Mirad juntos por la ventana. Señala a tu hijo que los coches de abajo parecen pequeños. Explica que el objeto parece más pequeño de lo que es cuando se ve desde la distancia. Sugiere hacer un par de dibujos en perspectiva. Por ejemplo, pide a tu hijo que se dibuje junto a una casa y que haya un coche en la distancia. Luego "envíalo" al coche para representar el cambio en el nuevo dibujo (ahora la casa es pequeña y el coche es grande).


  • Dibujar etapas de desarrollo


Anima a tu hijo a dibujar secuencialmente. Por ejemplo, una planta brota de una semilla: una semilla en la tierra, la semilla ha brotado, el brote ha desarrollado sus primeras hojas, el tallo se ha extendido, las hojas han crecido, un brote, una flor se ha abierto, etc. Del mismo modo, se pueden representar las etapas de la construcción de una casa y a uno mismo en diferentes edades.


  • Dibujar una imagen común


El juego consiste en que dos personas hagan un dibujo en una hoja de papel, sin acordar el argumento de antemano: una persona empieza y la otra sigue intentando adivinar lo que la primera tenía en mente. En la versión para varios jugadores, cada uno dibuja en su propia hoja de papel y luego se las intercambian:


En otro juego colectivo, cada participante dibuja por turnos una línea de cualquier longitud y en cualquier dirección en la hoja. El resultado final debe ser una imagen significativa. No está permitido hablar e intercambiar signos para explicar lo que se quiere representar. La segunda opción es dibujar simultáneamente en una hoja de papel común con la misma tarea: lograr la apariencia de una historia en la imagen.


  • A qué se parece


Se pide a la persona que dibuje un conjunto de objetos, partiendo de la figura o de varias figuras dadas. Por ejemplo, se dibuja un círculo que debe transformarse en algo reconocible añadiendo varios detalles a la figura. Lo mismo puede hacerse con un cuadrado. Puedes proponer, por ejemplo, la tarea de convertir un cuadrado en diez cosas. Y luego ampliar y cambiar ligeramente el enfoque: ahora el cuadrado puede no representar todo el objeto, sino ser una pequeña parte del mismo.


4. Fomenta el dibujo libre


En edad preescolar, es muy importante darle al niño la libertad de ser creativo. Deja que tu hijo descubra la mejor manera de dibujar el sol o una casa. La teoría del dibujo libre dice que es necesario proteger al niño de los patrones en el dibujo tanto como sea posible. Dado que tales estándares nos rodean por todas partes en la vida cotidiana, debemos tratar de asegurarnos de que los patrones que el niño encuentra (en los libros, la televisión, en el aula) sean de alta calidad.


A menudo, en esta etapa, los niños piden a sus padres u otros adultos que dibujen algo. Intenta, en la medida de lo posible, evitar dibujar objetos. En este momento el niño desarrolla rápidamente fuertes imágenes estereotipadas: una casa (un cuadrado con un triángulo encima y nada más), un árbol de Navidad (tres triángulos apilados uno encima del otro). Si los adultos crean patrones, los niños suelen asimilarlos y ya no intentan cambiarlos. Es fácil comprobarlo recordando ejemplos de la propia infancia. Es importante dejar que el niño cree el patrón por sí mismo.


Por eso es mejor no utilizar libros para colorear comprados en tiendas, ya que el niño no participa en el proceso de creación de los dibujos. Las páginas para colorear y todo tipo de tutoriales de dibujo son buenos solo en términos de desarrollo de habilidades motoras y pensamiento de patrones, mientras que una hoja de papel en blanco es mejor para desarrollar la creatividad y la imaginación.


5. Aprecia la creatividad de tu hijo


Un niño de cualquier edad, al mostrar un dibujo, espera la aprobación de los padres y otros adultos. Pero a veces, la gente de alrededor alaba exageradamente al autor, calificando su obra de genial, y al niño como un verdadero artista. Esto no es en absoluto acertado; al contrario, a menudo ofende al niño. Los niños, incluso los más pequeños, son capaces de evaluar su arte con bastante objetividad. A veces les preocupa el hecho de no poder transmitir en la imagen lo que quieren. Su imaginación está muy por delante de su capacidad para representar una imagen. Y si los adultos elogian cualquier garabato, el niño puede dejar de dibujar por completo: no le gusta que le elogien por lo que considera un fracaso. Otras veces, el elogio puede hacer que el niño pierda por completo la voluntad de mejorar el dibujo.


Por supuesto, el caso contrario, cuando los padres juegan a ser "críticos de arte" y reciben la obra del pequeño artista solo con comentarios críticos, es mucho más perjudicial. La reacción correcta ante un dibujo es expresar una actitud positiva ("me gusta mucho") y mostrar mucha atención. Es bueno pedirle a tu hijo que te cuente sobre el dibujo, y es aún mejor hacerle preguntas durante el proceso, preguntándole qué detalles aparecen, qué color ha utilizado, qué tonos ha mezclado y de qué manera ha dibujado. Se puede mostrar al niño las técnicas de dibujo, las diferentes formas de utilizar los materiales, pero no se le puede dictar cómo representar un objeto concreto ni aconsejarle sobre los detalles que debe tener el dibujo.


Es una buena idea tener una exposición permanente en casa. Puedes colgar un soporte especial o fijar los dibujos con imanes en la nevera y en las puertas metálicas. Si el espacio es muy limitado, pon al menos un dibujo. Por lo general, a los niños les gusta ver el resultado de su trabajo.


Dibujar es importante para un niño sobre todo desde el punto de vista psicológico, por lo que no puedes tirar sus dibujos de forma indiscriminada. Lógicamente es imposible almacenar todo el trabajo, pero debe organizarse para no destruir frente al autor los resultados de la creatividad. Regala sus dibujos a otros niños, ordena los trabajos junto con tu hijo: lo que le guste debe quedarse. Los dibujos que no quiera deben apartarse y tirarse al poco tiempo.


Una buena manera de conservar el dibujo de un niño o convertirlo en un regalo original es imprimirlo en una camiseta, una taza u otro artículo. Casi todos los estudios fotográficos ofrecen este servicio.


Finalmente, es útil encargar a tu hijo tareas dirigidas a los demás y no solo para uso personal. Por ejemplo, que haga un dibujo como regalo para un vecino anciano y solitario o que reciba a los invitados con pequeños dibujos. Esto crea en el niño un sentimiento de utilidad en el mundo. Hazle ver que su creatividad es apreciada; hazle ver que estás orgulloso de él/ella.






 
 
 

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